En la Antigua Roma en un día como hoy se celebraba la Fontinalia o Fiesta de Fons, dios de las fuentes. En este día se realizaba la bendición del agua, se arrojaban flores a las fuentes y se coronaban con guirnaldas los brocales de los pozos.
Cada una de las fuentes estaba bajo la advocación de una ninfa o de una ondina como la Fontana di Trevi. Los mitos y las leyendas tal como el relato de que la ninfa Egeria fue la amante y mujer de uno de los siete reyes de Roma, Numa Pompilio se entrelazan con sus fuentes.
Con el tiempo la abundancia de agua en el territorio de Lacio, que se canalizo a través de los acueductos, fue la ocasión que aprovecho la Iglesia de Roma para manifestar su poder. Sus representantes se sirvieron de las fuentes para embellecer la ciudad al mismo tiempo que imprimian su sello.
Por tal motivo, la incorporación del rito de la bendición del agua y el bendecir luego con ellas, tuvo desde siempre gran aceptación en la Iglesia Catolica.
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Un abrazo de luz
Brinda Mair