Los cementerios antiguos de Buenos Aires fueron tapados con asfaltos, edificios, plazas… como deseando ignorar el pasado que le dio origen. ¿Un falso elitismo propio del rayo plata aperlada que con su egregor provoca que lo falso se eleve? Ni Paris a la que siempre Buenos Aires admiro e imito en sus calles, oculto los restos de sus antiguos moradores y guardo sus mas de seis millones de esqueletos en catacumbas. Lima Peru, también tiene sus catacumbas en los tuneles que se hallan debajo de la Basilica y Convento de San Francisco de Lima. Su extensión solo es superada por la de Paris… ¿que pasa con Argentina que en lugar de buscar la maestria se conforma con las luces fatuas de lo falso que se entrona? ¿Cuando aprenderemos que si tapamos lo que no queremos ver estaremos condenados a repetir siempre la misma historia?
Seguiremos repitiendo el dicho popular: «Si hay pobreza que no se note»
O resonaran mas fuerte las palabras de Maríano Moreno, procer de la Revolución de Mayo que escribió en la Gaceta de Buenos Aires allá por 1810: «Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusión es sucederan a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tirania».
Brinda Mair
Los cementerios antiguos de Buenos Aires que tapo la ciudad
Otra ciudad se oculta debajo de la Buenos Aires actual. Hay rastros del pasado, de otros estilos de vida, otras nacionalidades; restos de construcciones que tienen su propia historia para contar. Y esta oculta bajo el asfalto que día a día pisan miles de personas, que no imaginan que alrededor de 40 cementerios antiguos, morada final de los pobladores que habitaron la zona entre los siglos XVII y XVIII, se esconden unos pocos metros bajo tierra. Algunos de esos sitios estan debajo de la Plaza de Mayo, la plaza España y la plaza 1º de Mayo, el parque Los Andes de Chacarita, la sede central del Banco Nacion, y en la zona del cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Incluso, aun pueden encontrarse restos humanos, parte de un pasado colonial que marco los origenes del pais.
Las ultimas tumbas de los primeros porteños estaban ubicadas, para el 1600, dentro de los templos. Luego se abrieron camposantos anexos a las iglesias ante el aumento de la cantidad de fallecidos, y después se crearon los cementerios, con la llegada de las epidemias, a principios del 1800.
En la tarea de investigacion, a cargo de la titular de la Comision, Leticia Malonese, y el historiador Leonel Contreras, se analizaron las costumbres de los porteños al momento de enterrar a un ser querido. Segun el relato, las personas de la clase alta eran sepultadas en los interiores de los templos, mientras que la gente del pueblo, los esclavos o reos eran enterrados en anexos. Una muestra fue la Iglesia de San Miguel, construida en 1727, en lo que hoy es la esquina de Tacuari e Independencia, y luego trasladada a Mitre y Suipacha, en cuyo cementerio, actual plaza Roberto Arlt, eran enterrados los pobres y ajusticiados.
“Hay de todo debajo de Buenos Aires. Es muy impresionante y apasionante. La mayoria de los cementerios estan bajo o en los alrededores de las iglesias, y muchas de ellas aun estan en pie”, explica a Pagina/12 Leticia Malonese, y agrega: “Aca (en Argentina) siempre se tapa todo, y hay muchos lugares que se rellenaron de basura, como si hubiesemos querido ocultar el pasado colonial”. Para 1800, existieron dos cementerios donde se enterraba a los habitantes “disidentes” que no profesaban la religion católica apóstolica romana, sino que eran protestantes.
El primero de ellos, llamado “Del Socorro”, estaba ubicado en Juncal y Suipacha, donde eran enterrados los ciudadanos de origen estadounidense y aleman, y el restante, el “Victoria”, situado en lo que hoy es la plaza 1º de Mayo, en el barrio de Balvanera, albergo a los fallecidos de la comunidad britanica. En ese mismo lugar, segun se cree, fueron inhumados los primeros habitantes judíos de la ciudad de Buenos Aires, que para comienzos de 1900 fueron trasladados hacia la primera necropolis propia, en el partido bonaerense de Avellaneda.
“Todavia hay restos humanos –asegura Malonese–, y muchos se conservan en buen estado a pesar de los años. Todas las construcciones que hay bajo tierra son grandes. En esa época había mucho terreno libre y se utilizaban amplios espacios que, con el pasar de los años, se cerraban y se les construia encima.” Pero las distintas epidemias que azotaron la ciudad obligaron a las autoridades locales del momento a destinar campos alejados como lugares de entierro para los miles de muertos.
Asi fue como surgio el “cementerio provisorio por epidemia de colera”, bajo la actual Plaza España, en Barracas, que luego fue reemplazado por el “Del Sud”, donde hoy esta el parque Ameghino, en Parque Patricios. Este último fue habilitado en 1867 durante un brote epidemico, y cerro sus puertas cuando llego al limite de sepultura de 18 mil cadaveres, con la fiebre amarilla de 1871. Una situación similar se vivio en el cementerio viejo de la Chacarita, ubicado en el terreno que hoy ocupa el parque Los Andes.
En el cementerio de la Recoleta funciono un camposanto, la huerta y los jardines de los monjes recoletos. Este lugar fue el primero de los entierros publicos que tuvo la Capital Federal, inaugurado el 17 de noviembre de 1822, como consecuencia de la reforma religiosa llevada a cabo por Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno bonaerense. Desde entonces, las familias mas tradicionales de Buenos Aires eligieron este lugar para levantar suntuosas bovedas, que perduran hasta hoy.
Creditos de la nota: Esta nota es un editorial de Sociedad publicado por Pagina 12 el 21-10-2006 ¡Gracias!
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