San Benito Abad exorcista

San Benito Abad exorcista fue un hombre de Dios que participo de los dones divinos de poder y ciencia manifestados en sus milagros, exorcismos y profecias. Oriundo de Nursia, Italia, hermano gemelo de Santa Escolastica.

El día de San Benito Abad en el Santoral Catolico es el 21 de marzo.

Nacio y crecióen Nurcia, en la Umbria año 480, region de Italia que mas santos ha dado al mundo. Cuatro años antes de su nacimiento, el rey de los Herculos mata al último emperador romano poniendo fin a siglos de dominio de Roma sobre el mundo civilizado. Ante aquella crisis, Dios tenía planes para la fe cristiana. San Benito seria el que comienza el monasticismo en occidente.  Los monasterios se convertiran en centros de fe y cultura.

De su hermana gemela, Santa Escolastica, leemos que desde su infancia se había consagrado a Dios.  Es enviado a Roma para su «educación liberal», acompañado de una «nodriza», entre sus 13 y 15 años.
Invadido por los paganos de las tribus arias, el mundo parecia declinar rápidamente hacia la barbarie, durante los últimos años del siglo V: la Iglesia agrietada por los cismas, ciudades y paises desolados por la guerra y el pillaje, no existia un solo soberano o legislador que no fuera ateo, pagano o hereje.  En las escuelas y en los colegios, los jovenes imitaban los vicios de sus mayores. Es asi que impresionado por la vida licenciosa de sus compañeros y temiendo contaminarse, abandona Roma.
Se fugo, sin que nadie lo supiera, excepto su nodriza que lo acompaña. Se dirigieron al poblado de Enfide, en las montañas. Vivira ahi el tiempo suficiente que lo capacitaria a determinar su siguiente paso.

En busca de completa soledad vuelve a partir solo, y se encuentra con un monje llamado Romano, al que abrio su corazón, explicando su intención de llevar la vida de un ermitaño.  Este lo condujo a una cueva en una montaña, donde paso los siguientes tres años de su vida, hasta que descubierto por algunos pastores, quienes al principio lo tomaron por un animal salvaje, porque estaba cubierto con una piel de bestia y no se imaginaban que un ser humano viviera entre las rocas. Descubrieron que se trataba de un siervo de Dios, quedaron gratamente impresionados y recibieron sus enseñanzas.  A partir de ese momento, empezo a ser conocido, mucha gente lo visitaba, proveyendolo de alimentos, recibiendo instrucciones y consejos.

Cerca de allí residia por aquel tiempo una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto y por lo tanto decidieron pedir a San Benito que tomara su lugar.  Acabo por ceder y regreso con ellos para hacerse cargo.  Pronto se puso en evidencia que sus estrictas nociones de disciplina monastica no se ajustaban a ellos y, a fin de deshacerse de el, llegaron hasta poner veneno en su vino.  Cuando hizo el signo de la cruz sobre el vaso, como era su costumbre, se rompio en pedazos.  «Dios osperdón e, hermanos», dijo el abad con tristeza.  «¿Por qué habeis maquinado esta perversa acción contra mi?  ¿No os dije que mis costumbres no estaban de acuerdo con las vuestras?  Id y encontrad un abad a vuestro gusto, porque después de esto yo no puedo quedarme por mas tiempo entre vosotros».  El mismo día retorno a Subiaco ya con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante estos años de vida oculta.

Empezaron a reunirse a su alrededor los discipulos atraidos por su santidad y por sus poderes milagrosos.  San Benito se encontró en posición de empezar aquel gran plan revelado «reunir a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en varios monasterios y regiones, a fin de hacer de ellos un solo rebaño segun su propio corazón, para unirlos y ligarlos con fraternales lazos, en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente alabanza al nombre de Dios».  Por lo tanto, coloco a todos los que querian obedecerle en los doce monasterios hechos de madera, cada uno con su prior. Romanos y barbaros, ricos y pobres, se ponian a disposición del santo, quien no hacia distinción de categoria social o nacionalidad.

Acabo con el arraigado prejuicio contra el trabajo manual, considerado como degradante y servil.  Creia que el trabajo no solamente dignificaba, sino que conducia a la santidad, por lo tanto, lo hizo obligatorio para todos los que ingresaban a su comunidad.

LA SANTA REGLA
Inspirado por Dios escribió un Reglamento para sus monjes que llamo «La Santa Regla» y que ha sido usado por muchas comunidades religiosas monasticas.
Su sintesis es la frase «Ora et labora» reza y trabaja. La vida del monje ha de ser de contemplación y de accion.

• La primera virtud que necesita un religioso, después de la caridad, es la humildad.
• La casa de Dios es para rezar y no para charlar.
• Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.
• El que administra el dinero no debe humillar a nadie.
• Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato.
• Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman
• Evite cada individuo todo lo que sea vulgar.  Como decia San Ambrosio: «Portarse con nobleza es una gran virtud».
• El verdadero monje debia ser «no soberbio, no violento, no comilon, no dormilon, no perezoso, no murmurador, no denigrador… sino casto, manso, celoso, humilde, obediente».

Diferentes sucesos lo llevan a Monte Cassino, lugar importante que había sido aniquilado por los godos y los pocos habitantes que quedaban, vueltos al paganismo, acostumbrados a ofrecer sacrificios sobre la cuesta del monte.  Despues de cuarenta días de ayuno se dedico a predicar a la gente y llevarla a Cristo.  Sus curaciones y milagros obtuvieron muchos conversos. Construyo dos capillas y alrededor de estos santuarios se levanto, poco a poco, el gran edificio que estaba destinado a convertirse en la mas famosa abadia que el mundo haya conocido. De ahi partio la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana

El, que había vaticinado tantas cosas a otros, fue advertido de su proxima muerte. El 21 de marzo año 543, durante las ceremonias del Jueves Santo, recibio la Eucaristia. Junto a sus monjes murmuro una oración y murio de pie en la capilla, con las manos levantadas. Sus ultimas palabras: «Hay que tener un deseo inmenso de ir al cielo».
Dos de sus monjes estaban lejos rezando, de pronto vieron una luz esplendorosa que subia hacia los cielos y exclamaron: «Seguramente es nuestro Padre Benito, que ha volado a la eternidad».  Era el momento preciso en que moria el santo.

En 1964 Pablo VI declara a San Benito patrono principal de Europa.

Que de tal manera brille ante los demas la luz de vuestro buen ejemplo, que ellos al ver vuestras buenas obras, glorifiquen al Padre celestial. (Mateo 5)

La Oración de la Cruz Protectora de San Benito

Crux Sancta Sit Mihi Lux
Non Draco Sit Mihi Dux
Vade Retro Satana
Numquam Suade Mihi Vana
Sunt Mala Quae Libas
Ipse Venena Bibas

La Santa Cruz será mi luz
no será el demonio mi guia.
¡Apartate, Satanas!
no me sugieras cosas vanas,
maldad es lo que me brindas,
bebe tu mismo tu veneno.

Con Amor incondicional
Brinda Mair