San Jeremias Profeta. Se llama «profeta» al que trae mensajes de Dios. Jeremias significa: «Dios me eleva».
«Tu me sedujiste, ¡oh Señor, y yo me deje seducir. Tu eres el mas fuerte, y fui vencido”.
El Santoral catolico celebra su festividad el día 1° de Mayo.
San Jeremias tuvo el raro privilegio de ser santificado en el seno materno como el Bautista. Esto podría significar que quedó libre del pecado original y que recibio la gracia santificante antes de nacer.
Como hiciera Moisés, el protesta muy bien, aduciendo como excusa «que no es experto en el hablar, que es todavia un niño» para el oficio tan importante de llevar su palabra al pueblo que Dios le concede.
Pero Dios tiene palabras convincentes: «Antes que te formaras yo en las entrañas maternas te conoci…, te consagre y te designe para profeta de naciones». Tiende la mano, toca su boca y le da poder de hierro y bronce sobre pueblos y reinos, «para arrancar, arruinar y asolar; para levantar, edificar y plantar».
Los primeros 17 años profetizo solo por medio de la palabra hablada. Despues empezo a dictar sus profecias a su secretario Baruc. Su vida fue de intenso sufrimiento, ya que tenía una gran sensibilidad para ello y estuvo siempre en peligro, aun ocasionado por sus conciudadanos. Exhortaba al arrepentimiento.
Se destaca su fidelidad: En todas las circunstancias permanece fiel a Dios; en todo momento proclama «tu palabra era para mi una alegría y gozo de mi corazón».
El principal problema para Jeremias fue que la gente no lo comprendio ni lo quiso oir. De los cinco reyes en cuyo tiempo tuvo que vivir, sólo uno le hizo caso: fue el piadoso rey Josias, que se propuso restaurar la religiosidad en todo el pais y se dejo ayudar por Jeremias para entusiasmar al pueblo por Dios. Pero los otros cuatro lo despreciaron y no quisieron atender a los avisos que el les deba en nombre de Dios.
El rey Joaquin quemo las profecias que había mandado escribir Jeremias, y este tuvo que hacerlas escribir otra vez. En tiempos del rey Sedecas encarcelaron al profeta y lo metieron en un pozo muy profundo lleno de lodo, y casi se muere, y probablemente el estar allí en tan grande humedad debió afectarle mucho la salud. Muchisimas veces fue amenazado de muerte si seguia profetizando en contra de la ciudad y los gobernantes. Pero Dios le anuncio: «Te hare fuerte como el diamante si no te acobardas. Pero si te dejas llevar por el miedo, me apartare de ti». Y Jeremias no se acobardo y siguio predicando. Muchas veces clamaba a Dios diciendo: «Señor, estoy cansado de hablar sin que me escuchen. ¡Todos se burlan de mi! Cuando paso por las calles se rien y dicen: ‘Alla va el de las malas noticias’. ¡Miren al que regaña y anuncia cosas tristes! Señor me propongo decirles cosas amables y Tu en cambio pones en mis labios anuncios terrorificos!».
Jeremias es un ejemplo de vida religiosa. Austero y casi ermitaño se consumio en dolores y angustias por amor a su pueblo.
Su revelación fue acerca de la futura destrucción de Jerusalen. Presencio su destrucción y su templo (año 585 antes de Cristo) y se quedó en la ciudad destruida consolando y corrigiendo a los israelitas que allí habían quedado. Luego lo obligaron luego a irse con ellos a Egipto y allá lo mataron a pedradas porque les corregia sus maldades. Quizás Jesús pensaba en Jeremias cuando decia: «Oh Israel que apedreas a los profetas que te son enviados» (Lc. 13,34).
Jeremias siempre encanta a los corazones cristianos, a causa de la semejanza que existe entre su vida y la de Jesucristo. Dicen que el profeta Jeremias fue en la antigüedad el que mas se asemejo a Jesús en sus sufrimientos y en ser incomprendido y perseguido. Cada uno de ellos fue “hombre de dolores y experimentados en flaquezas”; cada uno vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; cada uno tuvo sus horas de ser desechado, desolado, y abandonado. Solamente después de su muerte reconocio el pueblo la gran santidad de este profeta. Y cuando todas sus profecias se hubieron cumplido a la letra, se dieron cuenta de que si había hablado en nombre de Dios.
Hay un mensaje especial en el ministerio de Jeremias para los que han sido obligados a estar solos, que caen en el suelo para morir, que llenan lo que falta de los padecimientos de Cristo, y por la muerte se levantan para llevar fruto al gran mundo de los hombres, a quienes aman apasionadamente. En Jeremias puede verse, graficamente, que los más grandes triunfos, se halla frecuentemente, en los aparentes fracasos.
Mucho del libro de Jeremias esta escrito en poesia. Para el lector de habla castellana, tal vez sea un tanto dificil de entender, pues la poesia hebrea no se caracteriza por la rima, sino por el ritmo.
Las elogiosas palabras de Milton halladas en “El Paraiso Perdido”, describen bien al profeta Jeremias asi:
«Siervo de Dios, ¡bravo!; has peleado bien
La buena batalla; solo has sostenido,
Contra las sublevadas multitudes,
la causa De la verdad,
con palabras mas poderosas que las armas».
Abrazos de luz
Brinda Mair
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