Santa Catalina de Alejandria: Es protectora de esposas, virgenes, niños y los que trabajan con ruedas y cuchillos. Pide por su intercesión la virtud de Fe

Alejandria era una algarabia de pueblos y razas, de sectas y sistemas filosoficos. Catalina tenía pasión por la verdad. A los dieciocho años descuella por sus conocimientos. Es docta y elocuente.
Habia recorrido todas las escuelas. Su favorito era Platon. Discute, analiza, rechaza.
Un providencial encuentro con el ermitaño Trifon hace que se convierta, creyo y se bautizo. Se dice que Cristo aquella misma noche celebro con ella los misticos Desposorios. Ya es filosofa cristiana.
La intrepida virgen Catalina se presenta audazmente ante el sanguinario Maximino Daia para recriminarle su conducta con los cristianos. El se siente deslumbrado por su elocuencia. Concierta una disputa publica. Se enfrenta Catalina a cincuenta renombrados doctores. Con versos de Homero, con citas de Platon, con textos de los profetas, unidos a su gracia y elocuencia, no solo deshace los argumentos de sus adversarios, sino que les convierte a casi todos, y sellan su fe con el martirio.

A Catalina le aplican la rueda con cuchillos. Pero se rompe en vez de lastimarla. Finalmente le llega la muerte por la espada.

Canalizandoluz

Santa Catalina de Alejandria: Es protectora de esposas, virgenes, niños y los que trabajan con ruedas y cuchillos. Pide por su intercesión la virtud de Fe

Alejandria era una algarabia de pueblos y razas, de sectas y sistemas filosoficos. Catalina tenía pasión por la verdad. A los dieciocho años descuella por sus conocimientos. Es docta y elocuente.
Habia recorrido todas las escuelas. Su favorito era Platon. Discute, analiza, rechaza.
Un providencial encuentro con el ermitaño Trifon hace que se convierta, creyo y se bautizo. Se dice que Cristo aquella misma noche celebro con ella los misticos Desposorios. Ya es filosofa cristiana.
La intrepida virgen Catalina se presenta audazmente ante el sanguinario Maximino Daia para recriminarle su conducta con los cristianos. El se siente deslumbrado por su elocuencia. Concierta una disputa publica. Se enfrenta Catalina a cincuenta renombrados doctores. Con versos de Homero, con citas de Platon, con textos de los profetas, unidos a su gracia y elocuencia, no solo deshace los argumentos de sus adversarios, sino que les convierte a casi todos, y sellan su fe con el martirio.

A Catalina le aplican la rueda con cuchillos. Pero se rompe en vez de lastimarla. Finalmente le llega la muerte por la espada.

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