La estrategia la gracia es un favor de los dioses para los humanos como regalo para su adelanto y evolución ¿o es una forma de burlarse dándoles lo que piden?
Muchas veces deseamos algo que, cuando lo obtenemos, vemos que en realidad no fue lo que habíamos pensado. Eso suele ocurrir con los deseos del Ego. Con el tiempo, descubrimos que lo que en la ceguera del alma nos pareció un regalo del Cielo, en verdad fue un regalo del abismo. El sentirse agraciado o desgraciado depende solo de nuestra percepción de la realidad en que vivimos.
¿Qué es una gracia?
La gracia es un favor de los dioses para los humanos como regalo, para su adelanto y evolución, pero también, como en los antiguos cuentos de los genios de las lámparas como la de Aladino, es como los dioses “se burlan” de los hombres dándoles lo que piden. Lo cual no deja de ser gracioso (humor negro). Porque la gracia del Juego del Laberinto es aprender a ser Dios aquí, dando nuestro espacio para que Él se manifieste en nosotros.
¿Y cómo se aprende a ser Dios? Pues haciéndonos cargo de nuestras creaciones (1).
Recordemos a Midas, rey de Frigia, quien obtuvo una gracia del dios Baco por un servicio y este le ordenó que le pidiera lo que deseara. Midas, sin medir lo peligroso de su petición, le rogó que todo cuanto él tocara se transformara en oro. Baco consintió su deseo y Midas se retiró feliz, pero no tomó conciencia de lo que su pedido significaba. Mientras regresaba a su palacio, tomó una rama de árbol y la misma se transformó al momento en una rama de oro. Arrancó unas espigas de trigo y se transformaron en la más preciosa mies.
Apenas tocó las puertas de su palacio, comenzaron a despedir colores refulgentes. Al lavarse las manos, el agua que caía se volvió oro. Encantado de virtud tan extraordinaria, se entregó a disfrutar de la Gracia alegremente. Pero cuando fue a la mesa y quiso tomar el pan, este también se convirtió en oro. Lo mismo sucedió con todas las comidas y el vino. Sorprendido por este detalle, con el que no contó, rico y pobre a la vez, detestó una opulencia tan funesta y se arrepintió de haberla deseado. Tenía abundancia, pero no podía satisfacer su hambre ni aplacar su sed. Imploró a Baco nuevamente pidiéndole que le perdonara su falta y lo liberase de un estado “solo bueno en apariencia”. El buen dios lo escuchó y le retiró el don (2).
Este hecho relatado por la mitología griega es retomado por las Ciencias Sagradas de tradición cristiana con el nombre de “una gracia gratis dada”.
Cuando una persona recibe un regalo espiritual, una Gracia que pide en un momento excepcional con el propósito de dar un salto en su evolución, al igual que para Midas, es un arma de doble filo.
El dicho popular viene a nuestra memoria: “Ten cuidado con lo que deseas, no fuera que se convierta en realidad”.
Al obtener una gracia sin haberse acrisolado a sí mismo ni haber convertido su corazón en oro, generará una descompensación en la energía 4D que puede bloquear lo que la persona esté buscando lograr con ese don. Porque la Gracia obtenida de los dioses sin haberla ganado es solo beneficiosa en apariencia dado a que como tendrá «oro» sin haberlo trabajado internamente, no podrá hacerlo producir y será tan inútil como el oro que creaba Midas.
Si la persona obtiene una Gracia a través de otro que es por medio de quien el espíritu nos da, y no la aprovecha haciéndola fructificar, los efluvios de luz recibidos en esa gracia gratis dada (que por ejemplo pudo ser algo que deseásemos hacer) los dejará verter y construirá otro Muro en su Laberinto.
¿Por qué la concede entonces Dios? ¿Por qué me da entonces algo que puede resultar en mi propio perjuicio?
Al igual que el dios Baco, para que los seres humanos aprendamos a ser Dios, descubriendo que es el Dios en mí, mi Yo Dios, el que debe transformar mi mundo en oro y no las gracias gratis dadas y que para que eso ocurra, yo mismo debo transformarme en oro.
Lo gratis no existe en lo espiritual ni en el mundo en 3D pese a que muchos así lo creen. Siempre aguarda tras la Gracia un aprendizaje.
Aquel quien kármicamente apela a las Gracias y busca cosas gratis es porque no se cree merecedor del ejercicio de su Yo Dios en él. Su imagen de sí mismo desvalorizada lo conduce a seguir siempre en estado de carencia cuando esto se convierte en hábito.
Consideremos la facultad de la visión a distancia que comúnmente se llama videncia. Analicemos primeramente por qué es que una persona no ve y no escucha espiritualmente.
Una de las razones es el miedo. Es muy factible que su miedo provenga de la multidimensionalidad de un ciclo kármico abierto en el cual tiene las facultades psíquicas desarrolladas y lo que ve la daña emocionalmente o bien es perseguida por incomprensión de sus pares. Esta sería una de las posibilidades: el componente kármico.
Otra de las razones surge de la estrategia del Espejo. Si hay cosas que no quiero ver en mí hoy tampoco tendré visión espiritual.
Para ver espiritualmente debo primero desear VER LO APARENTE.
Si no tengo aún desarrollada la visión espiritual es porque hay cosas que no quiero ver en el Aquí y el Ahora.
Porque si las viera debería dejar de engañarme. Si vivo en la mentira y acepto la mentira ¿cómo voy a ver espiritualmente?
Recuerden, para el espíritu TODO ES REAL.
No acepta que yo actúe con Él como lo puedo hacer con mis semejantes apareciendo como una persona buena y esforzada y luego en otro contexto ponerme la Máscara de la Dualidad y no ser ni tan buena ni tan esforzada, pero a los otros les muestro lo que quiero que crean de mí.
Pero el espíritu y la energía ES REAL.
NO ACEPTA LA MÁSCARA.
No le puedo pedir la visión espiritual para utilizarla cuando me convenga, para solo mostrarme como un iluminado ante los demás.
Como mi Ego/Niño Interior lo sabe, en algún rincón oculto, mientras yo pido “videncia”, él en silencio me boicotea y susurra “no la quiero”.
Si tuviera lo que pido porque pasara algún espíritu de justicia y dijera “SEA”, ¡Sufriría tanto!
Porque las Máscaras de los que me rodean en principio se caerían hasta que mi propia Máscara me pesara tanto que tampoco la podría seguir cargando. Y podría ser tan brusco el cambio que hasta me llegaría a enfermar.
Como mecanismo de defensa no veo nada, no escucho a mis guías, espiritualmente CERO.
¿Por qué quiere la persona ver espiritualmente? ¡Es que le han dicho tantas bellas cosas del mundo espiritual!
Ha leído libros de historias de personas con sus ángeles y sus guías. Su Ego/Niño Interior dice: “Yo quiero ver un ángel. ¡Buaaaah!”.
Hasta llega a aceptar la creencia de que “no evoluciona porque no ve y no escucha espiritualmente” y siente lástima por sí misma. Pide insistentemente a Dios el don de la videncia con la intención de tener esa conexión. Está deseosa de ver ángeles, maestros espirituales y seres de luz.
El deseo mueve la 4D, el Astral Planetario, y es generado por nuestro Ego/Niño Interior, no por el Alma.
Como no trabaja el querer ver más allá de lo aparente en su vida ni atiende a su llama interna o lo hace superficialmente y simplemente pide, como lo hizo el Rey Midas, los dioses nos dicen “Concedido”. El tercer ojo se abre, pero “ve” en el rango de vibración que le permite su corazón, no acrisolado y no limpio. Y ve seres oscuros que son el reflejo externo de sus formas pensamiento no crísticas.
Lo mismo ocurriría si le fuera concedida la clariaudiencia (3) en estas condiciones.
Eso me ocurrió durante más de 20 años…
No sabía que lo que veía afuera era la imagen de lo que tenía adentro. Yo pensaba que eran enemigos invisibles, pactos diabólicos, etc., concepto reforzado por las creencias del entorno. Si hubiera sabido que el horror que veía era la imagen especular vibracional de mi interior ¿tal vez hubiera dejado de correr? ¿Cómo iba a escapar de lo que tenía adentro? ¿O me hubiera muerto de miedo de solo pensarlo? ¡Quién lo sabe!
Cuando uno ve oscuridad es que la oscuridad está adentro.
Cuando no vemos espiritualmente es porque estamos siendo amados y cuidados y se nos está dando tiempo, solo tiempo. Tiempo para que hagamos nuestro trabajo interno. Nuestro verdadero trabajo, que es volver oro nuestro corazón.
Como yo pedí, obtuve “Pide y se te dará”, pero fue en el rango en el que vibraba y así ocurrió durante años hasta que logre despejar los velos de karma y comencé a distinguir débiles luces hasta que la Luz se hizo en mí.
¿Por qué pedimos? ¿Por qué nos lamentamos de lo que no tenemos y vemos nada más que eso y no todas las Gracias que sí tenemos y que nos hemos ganado por derecho?
Tal vez deberíamos hacer una lista de las cosas que tenemos y otra de las que nos lamentamos por no tener.
Hagámosla en 3D, el mundo físico; en 4D el mundo de las emociones y en 5D el mundo espiritual y veamos nuestro saldo. Si nos cuesta ver lo bueno, tomémonos nuestro tiempo. Pidamos asistencia y miremos nuestras capacidades físicas, emocionales, espirituales.
¿Qué talentos nos dio el Padre para trabajar para Él en este plano? ¿Tan mal ubicados estuvimos al momento del reparto? No lo creo. Las almas más jóvenes tal vez tengan menos que las más viejas en el juego, sin embargo, todas tienen capacidades y cualidades latentes para manifestar.
Ya que nos gusta pedir ver ¿Por qué no pedimos verlas? ¿Por qué no pedimos manifestarlas?
“Pide y se te dará” dijo el Maestro Jesús.
Hagamos realidad sus palabras.
(1) Ver Cap. 11: La Estrategia del Juego: Crear para ver.
(2) Ovidio “Las metamorfosis”. Libro Undécimo I.
(3) clariaudiencia: audición espiritual.
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