El Merkabah de la Tierra o entramado cósmico es una espiral pulsante de energía vital que genera la vida, es totalmente distinta a las fuerzas magneticas, electricas y otras a las que estamos habituados y tampoco cumple con las leyes fundamentales que las rigen normalmente.
El enrejado energético terrestre pulsante y vital jamas pierde su intensidad original como fuerza Neutrinica mientras que los elementos existentes sobre la Tierra son afectados en forma inversa (*6).
Uno de los principios de la geometria sagrada lo encontramos en la maxima hermetica «como es arriba, asi es abajo» y también en «aquello que se halla en el pequeño mundo, el microcosmos, refleja lo que se halla en el gran mundo o macrocosmos». Este principio de correspondencia se halla en la base de todas las Ciencias Sagradas, donde las formas del universo manifestado se reflejan en el cuerpo y constitución del hombre.
Basandome en ese principio, relacionare al cuerpo humano con la Tierra. Las antiguas civilizaciones que hubo en el mundo varias docenas de siglos atras, sabian y creian que nuestro planeta es un organismo viviente perfecto. Que al igual que el hombre, cuyo cuerpo físico cambia cada 70 a 80 años (ciclos de vida), esta estructurado, dirigido y controlado por otro cuerpo energético (patron genetico, autorreproducción celular, Alma., etc. que componen al espiritu Humano).
Estos componentes energéticos o espiritu del Hombre que mantiene a su esencia divina, eterea, invisible al ojo físico, impalpable eterna e inmortal, creada a imagen y semejanza de la Suprema Creación Universal (Dios). Pero mientras cumplimos un ciclo de vida, nuestro cuerpo físico, a través de 1.299 epicentros energéticos (puntos de Acupuntura), siete “chacras” o vórtices neuralgicos y dos centros evolutivos principales que rigen su “conciencia interior y su voluntad” que son su Cristo Interior y su Presencia Yo Soy.
Nuestro planeta Tierra también posee millones de epicentros energéticos o vórtices magneticos (en vez de 1.299). Doce vórtices neuralgicos en los puntos de union de las 20 lineas del “icosaedro energético” fotografiado por los rusos (en vez de 7 chacras) y dos centros evolutivos principales (como el hombre) el nucleo central del planeta o Cristal del Centro de la Tierra y el otro esta ubicado en el Sol, centro de nuestro sistema solar.
La Tierra, tal como la acepta nuestra ciencia Astronomica desde alrededor de cuatro siglos y tal como nos enseñan en nuestros establecimientos educativos, es una gigantesca forma esferoide achatada en ambos polos y abultada en su ecuador. Rota sobre su eje imaginario a razón de una vuelta cada 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Cumple una orbita completa alrededor del sol cada 365 dias, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos (actualmente se producen pequeñas variaciones). Su suelo, oficialmente es aceptado como compuesto de materia “inorganica o inerte” desmenuzable.
Pero hay otro sector investigador que desde hace mas de 25 siglos sabemos a través de nuestros mas antiguos filosofos, como Aristoteles, Anaxagoras, Pitagoras, Platon y otros, que la Tierra es un organismo viviente. Un organismo que vive, respira…, late” dicen los “cientificos clasistas” para conformarse. “Late” igual que los demas planetas incluso nuestro sol, sube 17.000 metros y al cabo de 02:45 horas, vuelve a bajar en forma cronológica con pulsos respiratorios acompasados como los producidos por todo organismo viviente.
Esto ya fue comprobado por varios satelites artificiales terrestres tales como el O.S.O.-8 de la NASA y la Serie Cosmos 710 de la ex URSS. Esta noticia fue confirmada por el Laboratorio de Fisica Estelar y Planetaria de Paris, Francia el 14 de Abril de 1976 (EFE), gracias a las enormes fotografias infrarrojas tomadas. Cientificos investigadores de la Union Sovietica como Nicolai Feodorovich Goncharov, Vlacheslav Morzo y Valey Mocarov descubrieron a través de las fotografias satelitales rusas, un conjunto de lineas de fuerza magnetica que rodean a todo el planeta Tierra. Aparecen en forma sutil y tenue, pero totalmente organizadas y visibles, formando un gigantesco icosaedro de 20 lados conformando triángulos equilateros. Lee La Geometría Sagrada.
Causa la impresión como si el planeta hubiese sido alguna vez un enorme cristal que fue acondicionando todo su aspecto energético desde un centro-corazon-cristal. Sumamente acertada esta definición de Tomqkins, ya que coincide sin querer con la del doctor Premio Nobel Max Planck cuando en el año 1900, declaro ante las maximas autoridades cientificas en Alemania y Florencia que el factor clave que determina la forma y duración de toda materia fisica inerte como muchos aun la denominan, es su campo electrico que viene a ser su Alma o espiritu que fue quien lo estructuro y lo regira mientras exista.
Posteriormente los investigadores sovieticos colocaron estos campos de fuerza sobre un mapamundi geografico común y asi fueron localizando en sus vórtices o puntos de union, antiguas culturas humanas. Nuevamente volvieron a colocarlos sobres mapas geológicos y meteorológicos, comprobando que todos sus centros globales de presion, centros de minima y maxima termicas atmosfericas y otros, coincidian en los 20 vórtices del Icosaedro.
En tales sectores o vórtices neuralgicos, nacian los huracanes, tornados, tifones como si también, los origenes de las corrientes oceanicas principales del globo. Otro investigador de la ex URSS, Vitalyy Kabachenko, fue profundizando sus investigaciones sobre estas mismas termografias infrarrojas sateritales sobre la Tierra, encontrando una estructura energetica perfectamente organizada y señalada dentro de la superficie terrestre la que por momentos se intensifica y en otros se diluye. Este fenomeno puede ser observado como trazos negros organizados en el oceano e incluso en la atmosfera terrestre, con forma de una red de trazos nebulosos en forma de enrejado.
Un enrejado pulsante compuesto por esa energía vital de vida llamada Orgonica o Neutrinica, que cubre todo el planeta Tierra. Se trata del Merkabah de la Tierra.
Esta energía pulsante no tiene su origen en nuestro mundo, sino mucho mas alla, en el Sol y la Galaxia Lactea. Abarca a todos los planetas y satelites naturales del sistema solar, en forma proporcional a la masa de cada uno y se centraliza en el nucleo Solar que es en definitiva quien rige y controla todo el sistema. Pero a la vez, nuestro Sol, por ende el sistema, se nutre de la misma energía vital de vida proveniente del sistema galáctico Lacteo que agrupa a otros 9.000 millones de sistemas solares similares al nuestro. Precisamente aca hallamos el origen de la vida proveniente de dicha energía vital que envuelve en forma natural y continua a todos los planetas -Orgonica o Neutrinica y que Einstein denomino Unificada o unica ya que de allí extrajo su nombre- la que luego genera a las otras capas protectoras.
En el caso de nuestro planeta, la capa y los campos magneticos terrestres, capa de ozono y otras zonas que protegen al globo terrestre de otras radiaciones muy intensas. A nuestra Tierra la cubre totalmente por medio del gigantesco enrejado vital y pulsante y cada una de sus lineas que recibe el nombre de Rayo Vector lo hace bajo una forma muy extraña. Resulta ser una espiral pulsante y generadora de materia fisica (Lee sobre la Espiral de Fibonacci en «Respiración Merkabah«), acorde la las informaciones evolutivas que alberga en sus entrañas, en forma conjunta con los cuatro elementos quimicos fundamentales de vida que estan en suspensión en los espacios interplanetarios. C. H. N. y O. que junto a casi dos docenas de aminoacidos, dan lugar a las materias fisicas y organicas que componen a todos los seres vivientes.
Pero esa espiral pulsante de energía vital que genera la vida, es totalmente distinta a las fuerzas magneticas, electricas y otras a las que estamos habituados y tampoco cumple con las leyes fundamentales que las rigen normalmente dado que el enrejado energético terrestre pulsante y vital jamas pierde su intensidad original como fuerza Neutrinica mientras que los elementos existentes sobre la Tierra son afectados en forma inversa.
Fuente consultada: “Babilonia 1984-85.91 – Psicotronica y Piramides» de Pedro Romaniuk – Editorial Larin – Colección Ciencia Extraterrestre. 3ª Edición 1991
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