4El signo de nuestro tiempo es un Cambalache: La falta de fe. Sin ella, el abismo de la propia existencia se acreciénta. Se duda de curas, de santos, de politicos, de gobiernos, de medicos, de bancos, del ahorro, la familia se desintegra, se duda de todo. Lo ilegitimo se legitimiza: los asesinos o genocidas se encumbran, los ladrones dicen «sus verdades» en las redes sociales legitimando sus mentiras, las muertes de inocentes en manos de delicuentes comunes son como los videojuegos donde se mata por un puntaje, con la diferencia que no se vuelven a levantar.
Si para Discepolo el siglo XX fue un «Cambalache» (que para el lunfardo o argot argentino identifica «una compraventa de objetos de distintos rubros, mezclados sin ton ni son» y por eso el tango dice «la Biblia junto al calefón»), evoluciona en el siglo XXI a «Fauda» (en arabe significa «caos»).
Nos estamos quedando sin refugios. ¿Cuales eran estos? Pues la familia, la religion, la seguridad del estado principalmente. Hoy el nucleo de toda sociedad que es la familia esta en vias de extinción por disolución. Antes siempre quedaba la fe en la religion, pero la Máscara disuelta de estos tiempos deja todo a la vista, inclusive las bajezas humanas: curas pedofilos, otros complices de exterminios, un «Santo Padre» que mas parece un politico que un pastor de hombres, la lista seria interminable. Y asi, quien no discierne y culpa a Dios por errores humanos, se enoja también con el religare y pierde la fe. Sin ella la vida es tediosa, se pierde el motor que provee el espiritu. La ausencia de Dios genera un vacío existencial que deber ser completado de alguna forma para poder vivir. Si la familia o el trabajo no llenan ese vacio, lo hara algún egregor con envidia, lujuria, odio, soberbia, gula, pereza, falta de voluntad y avaricia que es lo que la gente suele volcar anónimamente en Internet.
El mundo avanzo tecnológicamente mas rápidamente que nuestro trabajo interior y asi ocurre que lo que podría ser bueno tecnológicamente, falla en su puesta en práctica por carecer sus ejecutantes de la evolución moral y etica necesaria para que la herramienta alcance su plenitud. Eso es lo que nos reduce nuevamente a actuar como «masa» en la noria del tiempo -como buenos viajeros del tiempo multidimensionales que somos- nos vemos a nosotros mismos en el siglo XXI pero vibrando en el siglo I del Imperio Romano. Pero no pierdo la fe porque tengo certeza de que para que llegue la luz primero la oscuridad debe emerger.
La sociedad actual adolece de la etica y de la moral necesarias para una buena convivencia.
Para lograr evolucionar y arrastrar en nuestro empuje a las redes sociales necesitamos Virtudes y dones del espiritu.
Un abrazo de luz
Brinda Mair
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